Federico Bravo es
representado por Mauro, el hijo del Virrey. Sin embargo, aseguró que ese
vínculo no lo favorece para jugar en el Xeneize.
Federico Bravo
está en Boca desde hace casi cuatro años y debutó
en este 2013, de la mano de Carlos
Bianchi. El hijo del DT, Mauro,
es su representante, razón suficiente para que comenzaran a tejerse todas las
suspicacias imaginables.
"Yo estoy muy
tranquilo, y es lógico que la gente piense eso, pero confío en mis condiciones
y sé que no estoy favorecido por eso. Trato de demostrar en la cancha",
sentenció el juvenil de 19 años al ser consultado por el tema.
Y no dudó en elogiar al entrenador, a quien consideró una
persona que "ganó todo en el club". "A los juveniles nos da palabras de
aliento, nos saca la presión, nos tranquiliza", agregó en diálogo con radio La Red.
Bravo suma minutos de a poco como "5" - su referente es
Sebastián Battaglia - y sus estudios de periodismo deportivo lo ayudan a
relacionarse con las cámaras, según contó, y también para saber cómo manejar un
tema tan escabroso, se presume.
El mediocampista llegó a Boca con edad de séptima, procedente de Jesús María, Córdoba. Cayó justo en
la semana en que el club estaba de duelo por la muerte del ex presidente Pedro
Pompilio. "Por eso me hicieron quedar una semana más. Me probé y quedé",
recordó.
La tranquilidad que muestra en la cancha es la misma que
denota a la hora de enfrentar los micrófonos. ¿Presión de jugar en Boca? "No, hay que disfrutar. Es el club más
grande del país, y uno de los más grandes a nivel mundial, con la gente alentando todo el partido".
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