Boca Juniors, con la inspiración del debutante
Juan Manuel Martínez, fue demasiado para
Independiente,
al que le ganó por 3-0, en el último encuentro del cuadrangular de
verano que se jugó en el estadio José María Minella de la ciudad de
Mar
del Plata.
Con una actuación destacada, exhibiendo los pincelazos de su jerarquía, el
Burrito Martínez metió los dos primeros goles del equipo de
Carlos Bianchi, que obtuvo su primer triunfo en su tercer ciclo en la entidad, después de dos derrotas consecutivas.
El ex jugador de
Velez Sarsfield abrió la cuenta, tras una una buena maniobra colectiva, a los 43m. del primer período.
Y
a los 39m. de la segunda etapa, después de una muy buena combinación
con
Walter Erviti,
Martínez se alejó en velocidad y definió en soledad
ante la salida de
Hilario Navarro.
Ya cuando el encuentro
terminaba, el uruguayo
Santiago Silva capitalizó una nueva distracción
del fondo rojo y le dio cifras definitivas a un cotejo que tuvo neto
dominio
xeneize, más allá de que la diferencia puede sonar abultada.
El
equipo de
La Ribera fue más profundo en el cuarto de hora inicial y
tomó el pulso del partido. Se acercó en dos jugadas de pelota parada. En
ambas ganó
Lisandro Magallán y en las dos resolvió con criterio
Hilario
Navarro, impidiendo la caída de su valla.
Dentro de ese
contexto de mucha movilidad y dinámica, el elenco de
Bianchi llevó la
iniciativa, pero penó con un déficit que puede tornarse crónico: la
falta de resolución.
Pero al elenco del
Tolo Gallego también le
costó horrores poner un delantero rival cara a cara con
Agustín Orión y
la única chance clara estuvo en un remate de
Godoy que
Matías Caruzzo
salvó sobre la raya (34m.).
Parecía que el primer tiempo se
encaminaba hacia el empate, pero la jerarquía individual del
Burrito
Martínez destrabó el cero.
A los 43m., el uruguayo
Silva le
cedió la pelota a su ex compañero de
Velez Sarsfield y
Martínez,
entrando desde la derecha hacia el centro, metió un típico sprint en el
que se sacó de encima a
Velázquez y despachó un remate colocado, abajo.
1-0.
En el segundo tiempo,
Independiente insinuó una tibia
reacción. Pero fue solamente eso, insinuación. Porque no encontró la
pelota, porque dependió en exclusiva de lo que pudiera diseñar.
Boca
manejó el duelo a su antojo, con el sello característico de los
'equipos de
Bianchi', mostrando firmeza en el sector defensivo.
Y
sobre los 39m.,
Martínez se fue en velocidad, tras una precisa
habilitación de
Erviti, y definió al palo derecho de
Navarro para poner
el 2-0.
A esa altura, el equipo del
Tolo Gallego (se
fue del estadio cabizbajo y con mucha preocupación) ya estaba entregado.
Y sobre los 45m., la defensa cometió una de esas distracciones
decisivas y el uruguayo
Silva, se escapó a la carrera y
soltó la pelota ante la salida del arquero.
Boca se recuperó con fútbol, mucha firmeza y goles de los dos tropiezos veraniegos. Y
demostró que la llegada del
Burrito Martínez le puede entregar el
salto de calidad pretendido.
Independiente exhibió su cara más fea,
la de un equipo al que le cuesta mucho generar juego y que pide a gritos
más compañía para
Farías en el bloque ofensivo.