martes, 9 de octubre de 2012

El sueño de Balbo

Tras una carrera impecable que incluía un Scudetto –con la Roma-, una Copa UEFA y una Copa Italia –con el Parma-, y un subcampeonato del Mundo en 1990, Abel Balbo quería coronar su trayectoria nada menos que ganando la Copa Libertadores con la camiseta de Boca Juniors, el equipo de sus amores. 


15 años habían pasado desde su debut con título incluido en Newell’s, en la temporada 1987/88, y un total de 425 partidos jugados y 182 gritos en los clubes que había militado –River, Fiorentina, Parma y Roma-. Sin embargo, con 35 años, sobrada experiencia europea y tres Mundiales en su haber, Balbo no se conformaba y anhelaba cumplir ese sueño de retirarse “haciendo un gol en La Bombonera y levantando la Copa con Boca”, como él mismo manifestaba.

Pero nada de lo soñado se le dio. Al club de la Ribera llegó a mediados de 2002. Fue inscripto como refuerzo para disputar las fases decisivas de la Libertadores que el equipo dirigido por Oscar Tabárez buscaba ganar por tercera vez consecutiva, luego de las conquistas en 2000 y 2001 de la mano de Bianchi. El 25 de abril, por la ida de los octavos de final, debutó oficialmente en el empate sin goles ante El Nacional, en Ecuador, pero su actuación no estuvo ni cerca de lo que se conocía de él y terminó siendo reemplazado en el segundo tiempo.

En el encuentro de vuelta, en La Boca, y en los partidos por cuartos de final –frente a Olimpia de Paraguay- Balbo volvió a exhibir un nivel similar al de su debut, por lo que la eliminación de aquella competencia significó la despedida del santafesino del fútbol profesional y de Boca, donde estuvo 32 días, jugó 268 minutos distribuidos en cuatro partidos, no hizo ningún gol y... terminó con el dedo índice izquierdo quebrado.

Ahí están las figuritas que pidieron

"Ahí están las figuritas que pidieron", disparó el entrenador luego del flojo partido del juvenil Paredes, que fue señalado por Román como su sucesor.


Por Paredes, Falcioni le tiró un palo enigmático a Riquelme."Ahí están las figuritas que pidieron", masculló Julio César Falcioni cuando abandonaba el banco de suplentes al término del partido en el que Boca cayó frente a Belgrano, en Córdoba

Esta frase del entrenador, pronunciada ante varios periodistas y allegados, lleva un enigma que se puede descifrar fácilmente. La clave puede encontrarse en las palabras de Juan Román Riquelme cuando dijo públicamente que Leandro Paredes era su sucesor dentro del plantel Xeneize. El entrenador decidió incluir en el segundo tiempo al juvenil para intentar cambiarle la cara al flojo desempeño del equipo, pero el talentoso jugador no tuvo un buen rendimiento y Boca cayó sin atenuantes ante el equipo Pirata.  

Falcioni, enemistado con Riquelme, disparó esa frase para apuntarle directamente a su enemigo público. ¿El pibe Paredes pagará la guerra entre ambos?

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