domingo, 10 de noviembre de 2013

Boca Juniors 2-1 Tigre | 2013

 Fecha 15 | 10 noviembre 2013
Boca Juniors 2-1 Tigre
Goles: Paredes, Díaz

Torneo Inicial 2013


En el descuento, levantó la cabeza y se golpeó con fuerza el pecho creyendo que todavía puede. Los hinchas deliraban en las tribunas de La Bombonera y los jugadores levantaron los brazos festejando el triunfo ante Tigre 2-1, ese que llegó a segundos del epílogo y que los puso a dos puntos del líder Newell's, cuando todavía restan cuatro fechas para el final. 

Sí, el fútbol argentino da muchas oportunidades y trenes que parecían escaparse anexan más estaciones para que, con una ráfaga o un atajo, los pasajeros vuelvan a subirse a la ilusión. Explicar el partido de Boca ante Tigre sería, al mismo tiempo, una forma de responder lo que les sucedió a los Xeneizes durante todo el campeonato: "Si Boca es campeón, no sería lógico", reconoció Carlos Bianchi hace un par de fechas, en referencia a la cantidad de lesiones y contratiempos que le minaron el camino, que le ofrecieron más obstáculos de los previstos. Y eso mismo sucedió ayer ante el conjunto de Victoria


Sufrió golpes, un gol en contra, pero fue a lo Boca, haciéndose fuerte en la adversidad y empujando con más voluntad que juego. Así festejó y se quedó con posibilidades matemáticas de ser campeón. Claro que para lograr el primer puesto deberá mejorar mucho, además de saber que las apuestas arriesgadas como la de ayer, de terminar jugando sin volantes de marca y con dos enganches (Paredes y Riquelme) y cinco delanteros (Cángele, Blandi, Gigliotti, Riaño y Martínez), no siempre le saldrán bien.

Bianchi debió recurrir a parches para la alineación titular, ya que por el desgarro de Sánchez Miño sufrido ante San Lorenzo cambió del 4-3-1-2 al 4-2-2-2, con Paredes y Riquelme por delante de Erbes y Ledesma, en una especie de cuadrado interno. También, ante la suspensión de Méndez, reubicó a Caruzzo como lateral derecho, en un puesto que tuvo récord de nombres en lo que va del Inicial y en donde ayer se destacó el ex Argentinos. Estaba claro que no era su equipo ideal, sino el que el entrenador pensó que más cerca podía estar de superar a Tigre.


Y Boca salió decidido a ganar, potenciado por el empate del sábado por la noche entre Newell's y San Lorenzo. El tema fue que estuvo demasiado impreciso, como dominado por la ansiedad del triunfo: "Teníamos muchas ganas de ganar, eso fue creo lo que terminó inclinando la balanza", dijo el Virrey, que sabe que aunque finalizó con cinco delanteros el equipo no creó situaciones claras, incluso explicó que Blandi y Gigliotti debían alternarse para que uno arrastre marcas y el otro ataque ese espacio para no superponerse.

Es raro lo de Román. Hay veces que hasta le cuesta (físicamente) aguantar la pelota de espalda al arco y defenderla con el cuerpo, jugando con los amagos para un lado y para el otro, en un movimiento que fue característico de su carrera. Al principio partiendo como un N° 5 y siendo salida, erró pases que él no acostumbra y le costó asociarse con Paredes, con quien hace tiempo había soñado con jugar juntos como titulares y ayer lo hizo por primera vez. 

Sin embargo, fue determinante en el triunfo en tres acciones puntuales: 1) En la primera amarilla a Pérez García, Riquelme amagó a patear el tiro libre frontal y se quejó del adelantamiento de la barrera hasta que el 10 de Tigre se fastidió y vio la tarjeta. Cuatro minutos después vinieron la simulación y la expulsión de (hasta ese momento) uno de los mejores jugadores del partido. 2) En el 1-1, cuando todos esperaban un centro cerrado y al ras en dirección al primer palo del arco de Javier García, sorprendió en la asistencia hacia atrás para el remate seco de Paredes . 3) Y en la asistencia para el Cata Díaz, en el 2-1, jugó corto el tiro libre frontal antes de mandar el centro pinchado para esperar el movimiento de marcas y darles un tiempo más a sus compañeros, para que piquen de frente al arco.
No es el mismo Riquelme de siempre, aunque él se encargue de afirmar que está contento con su rendimiento. Pero en un fútbol argentino chato y de bajo relieve individual, un jugador con la inteligencia táctica de Román seguirá haciendo diferencias, claro, como ayer ante Tigre. Como en el primer tiempo, cuando García ya era figura y le desvió un remate al córner que iba directo a su palo izquierdo.
Ayer, como en todo el torneo, Boca fue protagonista de lo bueno y lo malo también. Como en inexplicable gol en contra de Chiqui Pérez, tras un buen centro de Leone desde la izquierda. Que Boca le gane a Tigre en La Bombonera podía ser lógico, pero no que termine pasando como finalmente sucedió. Ésa es una forma también de explicar por qué -pese a los miles de contratiempos, lesiones y la consecuencia de no poder darle continuidad a una formación estable y confiable- todavía está en la pelea.

Con cinco delanteros

La apuesta del Virrey terminó 2-3-5
Boca perdía 0-1 y Tigre se había quedado con un jugador menos por la expulsión de Pérez García. Carlos Bianchi arriesgó con los cambios y Boca terminó jugando con cinco delanteros: Cángele y el Burrito Martínez como wines, y tres por adentro: Blandi, Gigliotti y Riaño. Si bien no generó situaciones claras, el equipo fue puro empuje: "Meter tantos delanteros no siempre sale bien", reconoció el Virrey después.

Caruzzo, en positivo

Matías Caruzzo, habitual central, sorprendió ayer con un buen rendimiento como lateral derecho, incluso proyectándose y generando situaciones de gol, como el cabezazo que García le envió al córner.

García, lo mejor de Tigre

Javier García, con sus atajadas, fue lo más destacado del equipo visitante. "Perdimos por dos jugadas de pelota parada. Sabíamos que ellos tienen buenos ejecutores y nos lastimaron por esa vía", dijo el arquero.

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