sábado, 16 de junio de 2012

Pil Trafa, Ronald Biggs y la camiseta de Boca

El 8 de agosto de 1963, el carpintero Ronald Biggs y varios compañeros (dos floristas, un peluquero, un paracaidista, un abogado, un pintor, un ingeniero y otros) asaltaron un tren de correo que unía la ciudad de Glasgow con Londres. Vistiendo uniformes militares, dieciséis hombres obtuvieron USD 40 000 000 sin disparar ningún tiro y en solo 28 minutos. 


Se escondieron en una granja llamada Leatherlade y se repartieron el dinero, pero algo falló. Un mes después, él, Charles Wilson, Bruce Reynolds, Robert Welch, Roy James, Douglas Goody, James Mussey, Leonard Field, William Boal, Roger Cordrey y John Wheater —entre otros— fueron enjuiciados y condenados a 25 años de prisión en promedio; no obstante, el dinero jamás fue recuperado. A Ronald le tocaron 30 años, pero consiguió escapar de la prisión de Wandsworth el 9 de julio de 1965. Después de recorrer varios países, como Australia y Argentina, con un pasaporte falso a nombre Michael John Haynes, se realizó una cirugía plástica en Francia; estuvo en Panamá y en Venezuela y, en busca de domicilio fijo, recaló en Brasil en 1970. En 1974 y 1981, sabuesos ingleses de Scotland Yard intentaron deportarlo manteniéndolo tres meses incomunicado. Pero los ingleses poco sabían de la burocracia brasileña que —según las leyes vigentes por entonces— impedía que el sospechoso fuera extraditado a su país de origen si tenía un hijo menor brasileño. Las autoridades de la ciudad de Río de Janeiro le dieron libertad condicional, pero le impidieron, entre otras cosas, casarse, trabajar o alejarse del estado sin permiso. En 1992 se le extendió un permiso especial para conducir un programa de radio en el marco de la Cumbre de la Tierra ECO 92: orientaba a los turistas sobre la manera de evitar que fuesen robados en Río


Treinta años después del robo, el jefe de la fuerza, Jack Slipper, viajó a Río para darle la mano y felicitar a su exprófugo, situación que quedó registrada en los diarios locales y en el Sunday Express del 13 de junio de 1993. El primer contacto de Biggs con músicos punks fue inmediatamente después de la separación de los Sex Pistols. Malcom McLaren quiso reunirlos en Río y realizar un concierto donde participaran diversos criminales —entre ellos Martin Bormann, la mano derecha de Adolf Hitler—. Malcom llamó a Biggs y este aceptó el convite, aunque todo quedó en la nada. En su lugar, The Professionals (banda formada por Steve Jones y Paul Cook, guitarra y batería de los Sex Pistols) acudió al encuentro de Ronald —un actor interpretó a Bormann— en febrero de 1978; se registraron varias tomas que fueron incluidas en la película The Great Rock & Roll Swindle, dirigida por Julien Temple bajo las órdenes de McLaren. En 1991, Biggs grabó con Die Toten Hosen el tema Carnaval In Río (Punk Was), incluido en el disco Learning English Leson One, y dos años más tarde lo haría con Pilsen en tres tracks —dos en inglés y una versión en portugués— para el CD Bajo otra bandera. Cuando la banda completa llegó a Río, todos —menos Pil— tuvieron la misma idea: ir a la playa de inmediato. Pero la presencia de Biggs en el aeropuerto aplacó ese impulso, que cobró fuerza la mañana siguiente, cuando llegaron al estudio de grabación en Barra de Tijuca. Según consta en las filmaciones, los rebeldes renegaban de asistir al estudio y casi hubo un amotinamiento, media hora antes de comenzar con las sesiones de grabaciones, debido a la impaciencia por llegar de una vez por todas a la playa. Así fueron las cosas durante toda la estadía. A la hora de grabar los coros del tema Pilsen, resultó que ninguno —salvo Pil— sabía la letra y movían sus bocas como haciendo playback, poniéndolas fuera del alcance del micrófono y de la cámara que tomaba la imagen para el video. La mayoría de las veces todas las ideas tenían contornos imprecisos. Mientras tanto, corría la hora y se gastaban cientos de dólares. 


El 8 de agosto, de madrugada, el grupo partió por segunda vez a Brasil para participar en el festejo de los 30 años del robo del siglo, organizado por la BBC en casa de Ronald. Aparte del festejo cronológico y los 65 años del anfitrión, se encontrarían por primera vez en libertad varios de los viejos compañeros del gran robo y habría un concierto en vivo de Pilsen. Entre los invitados se encontraban tanto la prensa europea como la local, ambas en medio de un operativo de seguridad privada impresionante. Ronald dijo a las cámaras de la TV alemana que si la policía ingresaba en ese momento les darían 1000 años de cárcel, en referencia a los antecedentes y al estado en que se encontraban todos, una situación similar a la escena de los Gremlins en el cine. En el momento de comenzar el show, Pil se encontraba bebido como irlandés en Navidad, se balanceaba y rebotaba entre los asistentes procurando no interferir en el discurso de Ronald, que oficiaba de presentador. Luego Ronnie intentó cantar la letra de Pilsen escrita y grabada por él unos meses antes, pero no lo logró. Entonces el alemán Reichel —uno de los productores— intervino on stage para auxiliarlo recordándole las palabras mientras el baterista nuevo parecía tocar un tema de Rush, manteniendo un ritmo que nada tenía que ver con el punk. Acto seguido, Reichel se arrojó a la piscina y tras él cayó Pil, que debió ser socorrido pues comenzaba a hundirse lentamente enfundado por completo en ropa de cuero. El público no creía lo que estaba pasando; Ronnie desapareció para dormir una pequeña siesta y recuperarse. Pil fue trasladado a su habitación de hotel en completa desmesura y víctima total de sus sentidos. Estaba frenético, y mientras se hacía todo lo posible por calmarlo él solamente quería gritar, emitiendo alaridos de 12 000 decibeles mientras paseaba a los ocasionales espectadores por la historia del fútbol mundial. Por la mañana el grupo regresaba a Buenos Aires, pero todo se complicó porque el cuero mojado había percudido de negro las sábanas, la almohada, el colchón y las cubrecamas, y las autoridades del hotel no autorizaban la salida si no se pagaba por los daños. 


¿Quién pagó? La producción, claro. Pil viajó hasta el aeropuerto y subió al avión arrastrando todo lo que había ensuciado: Si se pagó por ellas, me las llevo, dijo mientras insultaba en extraño portuñol a Pelé y recordaba las veces que Argentina y en especial Boca Juniors le habían ganado a equipos de Brasil frente a la mirada atónita de los presentes.

Esteban M. Cavanna, El nacimiento del punk en Argentina y la historia de Los Violadores. 

Por supuesto que no invitaron a Martin Bormann, un criminal de guerra que al aparecer se escondía en Brasil. Bormann no fue reemplazado por un actor: directamente llamaron a un actor para que lo caracterizara. Esta es la canción que Biggs había escrito para y grabado con Pilsen y luego no pudo cantar en el festejo del trigésimo aniversario de su robo.

Flaco Schiavi papá

Rolando Schiavi
Revista Brando

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