martes, 16 de octubre de 2012

Oscar Ustari

Castrilli aclara sus errores contra Boca

Javier Castrilli dejó de dirigir profesionalmente en septiembre de 1998, pero aún sufre por varias espinas clavadas en su carrera arbitral. El ex juez concretó una de sus peores actuaciones en aquel recordado Vélez 5 v. Boca 1 que se disputó el 16 de junio de 1996, en Liniers, y sus controvertidos fallos estuvieron cerca de provocar una tragedia en la tribuna que ocupó Boca


En aquella oportunidad, Castrilli expulsó a tres futbolistas Xeneizes (Maradona, Fabbri y Mac Allister) y convalidó un tanto para Vélez, a instancias del asistente Alberto Barrientos, en el que el balón no había traspasado la línea. 

Estas decisiones desataron la furia de los simpatizantes de Boca, que estuvieron a punto de destrozar el alambrado de la popular visitante con la firme intención de ingresar al campo. Castrilli, que en ese encuentro fue calificado con un 1 por La Nación, comentó aquella traumática experiencia:"Por aquel partido entre Vélez y Boca todavía me dura la bronca; cada vez que recuerdo los errores en ese partido y en otros me duele el estómago. Frente a las equivocaciones, me daba la sensación de que estaba ofreciendo una expresión de injusticia. Y muchas veces veía esas injusticias en la televisión. Entonces, mi preocupación se centraba en el estudio de los errores para descubrir las formas de evitarlos". 

-¿Qué le dejó aquel encuentro en Liniers
 -Que la tecnología puede asistir para ponerle límite a la injusticia y no librar todo a las limitaciones humanas de quien tiene que tomar las decisiones. La televisión, bien ubicada, puede demostrar si un balón traspasó o no la línea de gol (se refiere a aquel gol de Vélez, convertido por Camps). En el campeonato inglés existen métodos electrónicos para determinar si una pelota fue gol o no, pero acá no se toman medidas y se prefiere seguir administrando las crisis. 

-¿Cómo recuerda la sucesión de incidentes en el Vélez-Boca
-Un error mío (N de la R: no dice cuál es) determinó una serie de acontecimientos que terminaron sembrando de injusticias el desarrollo del partido. Y pudo haber tenido consecuencias peores, como por ejemplo una reacción totalmente inesperada de una parte del público. Además, recuerdo que varios jugadores, producto del nerviosismo y de la impotencia, cometieron más infracciones que fueron sancionadas y despertaron aún mayor descontrol. Se entró en una espiral muy delicada. Por eso digo: si todos queremos justicia, tenemos que estar de acuerdo e incorporar nuevas tecnologías. Si vamos a defender la belleza del juego, el dinamismo, entonces vamos a darle prioridad a la Justicia. 


-¿El tiempo le permitió justificar a Diego Maradona en la acción en la que le reclamó airadamente? 
-No. Cuando una persona transgrede los límites como en este caso, puede comprendérsela pero no justificarla. En síntesis, todo fue muy lamentable.

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