El Xeneize venció 6-5 por penales a Rosario Central (igualaron 0-0 en los 90 minutos) y se quedó con la séptima edición del certamen.
El triunfo en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza le permitió asumir el liderazgo absoluto de la tabla de Copas nacionales.
El cruce contra Rosario Central, finalmente le dio un nuevo trofeo al Xeneize, máximo ganador de Copas nacionales con 13 títulos: fue victoria por 6-5 en la definición por penales, después de igualar 0-0 en los 90 minutos.
El esquema inicial de ambos equipos presagiaba un dominio en la tenencia de pelota por parte de Boca frente a un Rosario Central apostado en su campo y enfocado en aprovechar los espacios mediante contraataques. Si bien le faltó fluidez en el inicio del partido y hubo reiterados desencuentros entre sus futbolistas de características ofensivas, el Xeneize volcó sus jugadas por el sector derecho, con la velocidad de Sebastián Villa como protagonista.
La escasa precisión del delantero en la finalización le impidió al conjunto dirigido por Gustavo Alfaro tener opciones concretas en la etapa inicial.
Los resultados negativos que caracterizaron la producción de Rosario Central durante el semestre llevaron a Diego Cocca a buscar fortalecerse en la parte defensiva como objetivo concreto en la Supercopa Argentina. El entrenador introdujo modificaciones con relación a la habitual formación titular y dejó en el banco de suplentes a futbolistas experimentados como Néstor Ortigoza y Fernando Zampedri (Maximiliano Lovera y Claudio Riaño fueron los delanteros). Además, debutó Facundo Almada como integrante de una línea de tres marcados centrales que funcionó durante la mayor parte del encuentro.
El cansancio comenzó a hacer mella en la estructura defensiva del Canalla durante el complemento y Boca encontró espacios que redituaron en oportunidades para quebrar la resistencia de Jeremías Ledesma. Una pared entre Nahitán Nández y Mauro Zárate finalizó con un zurdazo desviado del uruguayo, que después estrellaría un remate en el palo.
También fue positivo el ingreso de Cristian Pavón, quien sorprendió con un derechazo que rebotó en el travesaño y pareció picar dentro del arco, pero no fue convalidado por el árbitro Fernando Rapallini.
El conjunto rosarino buscó con intentos de pelota parada y pudo haber aprovechado sendas fallas de Esteban Andrada en la salida, pero la paridad se mantuvo y llegó la serie de penales, segunda en una Supercopa.
Mauro Zárate con la Supercopa
La efectividad fue total en los primeros diez envíos de una serie que tuvo como primer ejecutante a Rosario Central. El Canalla confiaba en la capacidad de Ledesma, figura descollante en la campaña que finalizó con el título en la Copa Argentina. Sin embargo, sería Andrada quien responda primero al desviar el remate de Fabián Rinaudo, volante que volvería a quedarse a un paso de la gloria (fue subcampeón del certamen integrador con Gimnasia La Plata).
La responsabilidad del título quedó en los pies de Carlos Izquierdoz, el marcador central no falló y se desató la locura en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Boca se consolidó como único líder en la tabla histórica de Copas nacionales.